miércoles, 28 de octubre de 2009

AHORA ES EL TIEMPO

¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído?

¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído?

¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?

¿Y cómo predicarán si no fueren enviados?

Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!

¿Alguna vez le han preguntado cómo se hace uno cristiano? Estos versículos le dan la preciosa respuesta: la salvación está en el corazón y en la boca. Mucha gente piensa que el serlo debe ser un proceso complicado, pero no es así. Si creemos en nuestro corazón y proclamamos con nuestra boca que Jesús es el Señor resucitado, seremos salvos. La gran responsabilidad se centra en transmitirle a otros la esperanza a través del mensaje de salvación, y así la humanidad pueda responder al mensaje del Evangelio. ¿Pero, cómo sabrán de este mensaje aquellos seres queridos y vecinos si nadie se lo comunica? ¿Está llamándole Dios a participar en la proclamación de este mensaje para que sea conocido en su comunidad? Piense por un momento en una persona que necesita oír las buenas nuevas e idee un plan para lograrlo. Luego póngase en acción en cuanto le sea posible. Así lograremos llevar a cabo nuestro deber como creyentes ante Dios.